La X edición del Festival de CineEuropeo de Sevilla constató, más allá del décimo aniversario de una cita
consolidada e imprescindible dentro de la industria del séptimo arte, la
producción de cintas que, a pesar de contar con escasos recursos en su mayoría,
elevan su talento formal e ingenio artístico por encima de las habituales producciones
del circuito oscarizado. Una selección de películas que, a su vez, contribuyen
a encumbrar la calidad de un festival rico en pequeñas joyas cinematográficas.
Trabajos que invitan a la
reflexión, como ‘Class Enemy’ (Rok
Bicek, 2013), una revisión de la relación entre profesor y alumnos que ahonda
en su lado más distante para estudiar temas como el suicidio, el sentimiento de
culpa, el acoso o el liderazgo. Otros, apuestan por un análisis socio-cultural
del país de origen: es el caso de ‘In
Bloom’ (Nana Ekvtimishvili y Simon Groß, 2013) o ‘The Selfish Giant’ (Clio Barnard, 2013), que parten de la joven mirada de
sus protagonistas para acercarnos a la crueldad de vidas expuestas a la
violencia, el machismo o la marginación, historias que al mismo tiempo
sobresalen por el valor de la amistad de quienes resisten con fuerza y, en
algunos casos, resignación.
En el SEFF hay sitio para filmes
que, desde su humildad y sencillez, aportan al espectador un soplo aire fresco.
Sin pretensiones, ‘We are the best!’ (Lukas
Moodysson, 2013) se coló acertadamente para aliviar la densidad de un minucioso
programa, compartiendo con algunas de sus compañeras de proyección esa alianza
juvenil para sumarle el descaro musical de sus pequeñas, genuinas y entrañables
’punkis’. En otros casos, la formalidad impera sobre el guión y resultan
propuestas tan interesantes como la de ‘Berberian
Sound Studio’ (Peter Strickland, 2013), terror audiovisual con personajes
misteriosos, en algunos casos con estética aparentemente monstruosa, incluso
deformada, insertos en un ambiente de extraordinaria riqueza fotográfica y,
sobre todo, sonora. Un juego con lo onírico que nos transporta a situaciones de
un Surrealismo también presente en ‘Borgman’
(Alex van Warmerdam, 2013), comedia negra, de enredo, retorcida, con tintes de
la gloriosa ‘Funny Games’ (Michael Haneke, 1997) y de la locura de 'Holy Motors' (Leos Carax, 2012), que no
deja impávido al público con un relato sin horizonte sobre una tribu de nómadas
urbanos, trabajando excepcionalmente con los actores el desarrollo de una trama
que escapa a toda lógica…, o no.
La animación encuentra asimismo
su lugar con la israelí ‘The Congress’
(Ari Folman, 2013) para criticar a ese gigante de Hollywood. Y lo hace
recuperando a uno de los personajes más entrañables de los cuentos adolescentes
del cine, aquella Robin Wright de ‘La
princesa prometida’. Los intereses más egoístas de la industria, la
supervivencia y sumisión de sus intérpretes..., pero también un planteamiento
sobre las nuevas tecnologías y la digitalización de las propias emociones para
idear personajes al antojo de guiones que no requieren ya de presencia física
para crear historias con protagonistas que pierden su identidad a merced de su
configuración en un ordenador. Un sorprendente planteamiento que oscila entre
lo real y lo animado, e introduce dibujos alucinógenos con una visión futurista
para exponer y debatir la necesidad de recuperar el lado más auténtico y humano
del cine…, y de la propia vida.
Si bien el drama familiar ‘Alabama Monroe’ (Felix Van Groeningen,
2012) supuso un déjà vu en la gran
pantalla, la cinta presumió de ser un ejemplo de que la mirada con la que se afronta
un proyecto puede superar con creces sus trabajos predecesores. Así, la cinta
belga se convierte en una película visceral, a veces conmovedora a veces
trágica, con una magnífica dirección artística que deja interpretaciones
desgarradoras y una coprotagonista indiscutible, la música, que la conforma
como una película con alma bluegrass. Un viaje interior también presente en la
premiada por la X edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, ‘El desconocido del lago’ (Alain
Guiraudie, 2013). La francesa aborda el lado más íntimo del cruising y ahonda
en aspectos como la soledad y la amistad en las relaciones homosexuales.
Arriesgada y valiente en escenas de sexo explícito que, sin embargo, forman parte
de un conjunto bañado de emociones involucradas en una trama de amor, deseo,
obsesión y misterio con una fotografía tan salvaje como sensible. Un ligero thriller
honesto y libre, con algunas escenas que en ocasiones se vuelven repetitivas,
pero que no restan belleza a la franqueza del resultado final.
Gracias por este artículo, ya que no pude ir este año con lo que cuentas y contarás en próximas entregas me haré una idea de lo que aconteció en esta última edición. Por cierto, análisis muy buenos de las películas mencionadas, saludos cinéfilos
ResponderEliminarGracias a ti, Alejandro. Se te echó de menos en las proyecciones del SEFF. Me alegro que te haya gustado la entrada, un placer viniendo de ti. Un abrazo!!
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