martes, 31 de diciembre de 2013

2013, el año del Surrealismo

El 2013 nos ha brindado la oportunidad de asistir a “la clase más sublime de pintura que se ha hecho nunca”. Pero no sólo de pintura, sino también de filosofía, ciencia, escritura, escultura…, y de la mano de un gran maestro, Salvador Dalí. Más de 730.000 personas han visitado ‘Dalí. Todas las sugestiones políticas y todas las posibilidades técnicas’, una muestra organizada por el Museo Reina Sofía y el Centre Pompidou de París en colaboración con el Salvador Dali Museum de Saint Petersburg (Florida) y la Fundació Gala-Salvador Dalí (Figueres). El Centro de Arte Nacional ha reunido más de 200 obras del pensador, piezas que han permitido exaltar y revalorizar con éxito y admiración la figura del máximo representante del Surrealismo a través de sus múltiples y variopintas etapas artísticas.


          Contemplar el universo de Dalí supone un auténtico ejercicio de liberación creativa, la apertura a un maravilloso mundo de delirio, la exposición a un sinfín de interesantes y complejo recursos plásticos. Todo es susceptible de ser interpretado por método paranoico-crítico de una de las figuras más relevantes del siglo XX: el ser humano, la sexualidad, el tiempo, la religión…, se atreve incluso con el rostro de la muerte, influenciado por sus vivencias en la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. 


          Su construcción posee una riqueza simbólica representada en formas de obeliscos fálicos, relojes, elefantes, huevos… Pero también se entrega a la ciencia, a la obsesión por el progreso y, especialmente, por ‘lo nuclear’. La genética, la vida, el ácido desoxirribonucleico…, son términos constantes en el cosmos pictórico y audiovisual de Salvador Dalí


          Pintor, escultor, escritor, ilustrador…, coqueteó también con el cine, dejándonos para la eternidad su colaboración en imprescindibles películas como ‘Un perro andaluz’ (Luis Buñuel, 1929), donde pone de manifiesto su pensamiento onírico y su influencia en el desarrollo del Surrealismo, alma de su legado artístico. A Dalí le debemos una técnica basada en la interpretación paranoica, una visión obnubilada por la transformación de la realidad, por la destrucción y la deformación…, una alucinación gobernada por un gusto hacia la belleza de lo excesivo que perfilaba un carácter narcisista que, más allá del rechazo de los críticos, lo encumbró como agitador y provocador de masas.



          Ya lo decía el propio artista: “la única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco”. Enfrentarse a la obra de Salvador Dalí supone toda una experiencia sensorial inducida por una fascinación creativa sin límites. No es menos cuerdo el que exhibe que el que observa. Existe una realidad, irreal si queremos, por encima de la percepción directa de la vida, la razón y la moral. Un delirio que, a través de la reflexión, el conocimiento y el libre entendimiento, permite emprender el camino hacia la increíble naturaleza del pensador español, una inteligente, desenfrenada y seductora ventana a la imaginación…

'Muchacha en la ventana', Salvador Dalí (1925).

_CRÉDITOS
Imágenes: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.





lunes, 30 de diciembre de 2013

2013: SEFF, un año de cine (II)

Tres cintas llamaron especialmente la atención de este Universo Inquieto durante la X edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla: ‘El Gran Cuaderno’, ‘10000 noches en ninguna parte’ y ‘La gran belleza’.
                Muchas películas han recurrido al tema de ‘la guerra como generadora de monstruos’; cabe citar en el panorama nacional, por ejemplo, la premiada ‘Pa Negre’ (Agustí Villaronga, 2010). En el caso de la húngaraEl Gran Cuaderno’ (János Szász, 2013), el concepto de la ‘resistencia’ asalta la vida de Egyik y Masik, dos gemelos abandonados al cuidado de su desconocida abuela y a la realidad de un mundo de adultos que les hará pasar por alto su infancia para madurar hacia un entorno de destrucción. Inseparables, se enfrentan a la muerte y a la supervivencia, al sacrificio y al antisemitismo, generando en su interior un carácter que se debate entre la ira y un espíritu justiciero que pondrá a prueba su propia lucha por mantener intacta una relación fraternal inquebrantable. Un metraje en el que destacan las interpretaciones de sus jóvenes protagonistas, el imaginario creado para plasmar en un cuaderno la feroz evolución de su moral y una banda sonora mantenida a golpe de un tambor como símbolo del trágico destino al que conduce la violencia de la guerra.


          Muy íntimo fue el esperado regreso de Ramón Salazar. 10000 noches en ninguna parte’ (2013) invitó a soñar con los anhelos y las inquietudes, a recuperar los miedos y asumir el dolor, a reconocer el pasado y afrontar el futuro, a dialogar con el presente para darnos cuenta de que “los lugares por los que no hemos pasado aún nos están esperando”. El director malagueño propone un salto espacio temporal con sedes en Madrid, París y Berlín. Cada ciudad compone un universo habitado por sus personajes, corales interpretaciones (sobresalen las de Susi Sánchez y Najwa Nimri) para construir un mapa trazado por un perfecto y entrañable Andrés Gertrúdix. Las fronteras separan la realidad y lo imaginario, la infancia y la madurez, el dolor y el placer; y, sin embargo, estos términos contradictorios conviven con naturalidad en precisos planos fotográficos y musicales dibujados bajo la profunda y honesta mirada de su actor principal. Ya lo dijo el creador de ‘Piedras’ (Ramón Salazar, 2002) en la presentación de su nueva obra, “no hay que buscar un sentido desde el principio”. Y lo cierto es que ‘10000 noches en ninguna parte’ resulta un inteligente y humano ejercicio cinematográfico que persiste en la mente del espectador para asumir poco a poco su propia vida y descubrir la esencia de una película con alma.



          Cintas que mantienen su identidad en el tiempo para deslumbrar en cada revisión. Como lo hará también La gran belleza’ (Paolo Sorrentino, 2013), un trabajo que seduce precisamente porque en el brillo y la majestuosidad de sus imágenes convive la riqueza de esas pequeñas cosas que dan valor a la vida, haciéndolas eternas. La opulencia de una clase social privilegiada se derrumba ante la sensibilidad de auténticas historias de emoción oculta, un mazazo a la superficialidad y a la decadente nobleza romana…, un toque también a la Iglesia. Todo un desfile de clichés, figurantes huecos y banales, situaciones cómicas que llegan incluso a ridiculizar a sus protagonistas…,y, de repente, embriaga un placer visual extraordinario, un goce sonoro delicioso, héroes anónimos que se cruzan en el escenario del personaje creado por el director y guionista italiano (excepcional interpretación de Toni Servillo) para devolverle ese humilde tesoro ajeno a una vida abocada a la decepción y el vacío. 


domingo, 29 de diciembre de 2013

2013: SEFF, un año de cine (I)

La X edición del Festival de CineEuropeo de Sevilla constató, más allá del décimo aniversario de una cita consolidada e imprescindible dentro de la industria del séptimo arte, la producción de cintas que, a pesar de contar con escasos recursos en su mayoría, elevan su talento formal e ingenio artístico por encima de las habituales producciones del circuito oscarizado. Una selección de películas que, a su vez, contribuyen a encumbrar la calidad de un festival rico en pequeñas joyas cinematográficas.
          Trabajos que invitan a la reflexión, como Class Enemy’ (Rok Bicek, 2013), una revisión de la relación entre profesor y alumnos que ahonda en su lado más distante para estudiar temas como el suicidio, el sentimiento de culpa, el acoso o el liderazgo. Otros, apuestan por un análisis socio-cultural del país de origen: es el caso de In Bloom’ (Nana Ekvtimishvili y Simon Groß, 2013) o The Selfish Giant’ (Clio Barnard, 2013), que parten de la joven mirada de sus protagonistas para acercarnos a la crueldad de vidas expuestas a la violencia, el machismo o la marginación, historias que al mismo tiempo sobresalen por el valor de la amistad de quienes resisten con fuerza y, en algunos casos, resignación.


          En el SEFF hay sitio para filmes que, desde su humildad y sencillez, aportan al espectador un soplo aire fresco. Sin pretensiones, We are the best!’ (Lukas Moodysson, 2013) se coló acertadamente para aliviar la densidad de un minucioso programa, compartiendo con algunas de sus compañeras de proyección esa alianza juvenil para sumarle el descaro musical de sus pequeñas, genuinas y entrañables ’punkis’. En otros casos, la formalidad impera sobre el guión y resultan propuestas tan interesantes como la de Berberian Sound Studio’ (Peter Strickland, 2013), terror audiovisual con personajes misteriosos, en algunos casos con estética aparentemente monstruosa, incluso deformada, insertos en un ambiente de extraordinaria riqueza fotográfica y, sobre todo, sonora. Un juego con lo onírico que nos transporta a situaciones de un Surrealismo también presente en Borgman’ (Alex van Warmerdam, 2013), comedia negra, de enredo, retorcida, con tintes de la gloriosa ‘Funny Games’ (Michael Haneke, 1997) y de la locura de 'Holy Motors' (Leos Carax, 2012), que no deja impávido al público con un relato sin horizonte sobre una tribu de nómadas urbanos, trabajando excepcionalmente con los actores el desarrollo de una trama que escapa a toda lógica…, o no.


          La animación encuentra asimismo su lugar con la israelí The Congress’ (Ari Folman, 2013) para criticar a ese gigante de Hollywood. Y lo hace recuperando a uno de los personajes más entrañables de los cuentos adolescentes del cine, aquella Robin Wright de ‘La princesa prometida’. Los intereses más egoístas de la industria, la supervivencia y sumisión de sus intérpretes..., pero también un planteamiento sobre las nuevas tecnologías y la digitalización de las propias emociones para idear personajes al antojo de guiones que no requieren ya de presencia física para crear historias con protagonistas que pierden su identidad a merced de su configuración en un ordenador. Un sorprendente planteamiento que oscila entre lo real y lo animado, e introduce dibujos alucinógenos con una visión futurista para exponer y debatir la necesidad de recuperar el lado más auténtico y humano del cine…, y de la propia vida.


          Si bien el drama familiar Alabama Monroe’ (Felix Van Groeningen, 2012) supuso un déjà vu en la gran pantalla, la cinta presumió de ser un ejemplo de que la mirada con la que se afronta un proyecto puede superar con creces sus trabajos predecesores. Así, la cinta belga se convierte en una película visceral, a veces conmovedora a veces trágica, con una magnífica dirección artística que deja interpretaciones desgarradoras y una coprotagonista indiscutible, la música, que la conforma como una película con alma bluegrass. Un viaje interior también presente en la premiada por la X edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla, El desconocido del lago’ (Alain Guiraudie, 2013). La francesa aborda el lado más íntimo del cruising y ahonda en aspectos como la soledad y la amistad en las relaciones homosexuales. Arriesgada y valiente en escenas de sexo explícito que, sin embargo, forman parte de un conjunto bañado de emociones involucradas en una trama de amor, deseo, obsesión y misterio con una fotografía tan salvaje como sensible. Un ligero thriller honesto y libre, con algunas escenas que en ocasiones se vuelven repetitivas, pero que no restan belleza a la franqueza del resultado final.


martes, 15 de octubre de 2013

Cine en construcción

Sincera, natural y sin artificios…, pero inteligente. Así es el último trabajo de Jonás Trueba, un diario de rodaje, “una película sobre el deseo de hacer cine, o sobre lo que hacen algunos cineastas cuando no hacen cine; sobre perder el tiempo y el tiempo perdido; sobre conversaciones, borracheras, comidas y rutinas; sobre los paseos al salir del cine; sobre estar enamorado; sobre estar solo y estar con amigos, construyendo futuros recuerdos para una película futura”. Y todo ello ofrecido en pequeñas dosis, sin trucos ni excesos, sino más bien conectando situaciones y encuentros cotidianos que, al principio, aparecen algo inconexos y precipitados para más tarde centrar su atención en dos de sus vidas. Y se rodea el joven director de actores sin una dilatada experiencia en el mundo del cine, procedentes en su mayoría de ese otro universo mágico, el teatro, haciendo de este proyecto un cruce de miradas aún más cercano, especialmente a través del personaje de León, interpretado con acierto por Francesco Carril.


          Seguramente no sea una película de público masivo por su origen para muchos marginal (su propio método de distribución está destinado a espacios reducidos e independientes…, que no inaccesibles); pero sí que seduce al espectador que se interesa por participar de ella, precisamente por su naturalidad. Y es que ‘Los Ilusos’ exhibe incluso parte de sus vísceras, exponiendo entre planos y secuencias su making of, sus modestos artilugios técnicos, sus directrices artísticas…, en definitiva, el trabajo de sus inventores. Un trabajo que pertenece a esa nueva ola de directores que escapan de las producciones al uso y experimentan, sin más pretensiones que las de hacer cine, nuevas fórmulas de narración arriesgando con metrajes que buscan contar historias, transmitir emociones, conectar personajes, compartir realidades…. Ya en 2012 León Siminiani dibujó con su ‘Mapa’ un camino que se hizo merecedor del Premio No Ficción. Eurodoc en el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Y precisamente el SEFF ha creado ‘Ese Otro Cine’ (hasta el 25 de octubre en el Centro de las Artes de Sevilla, CAS), donde se incluye la película de Jonás Trueba, un ciclo preámbulo de la que será la programación de la décima edición de la cita sevillana con lo que sucede en el panorama cinematográfico mundial y que viene a poner en relieve la figura de “los cineastas más osados y a contracorriente del cine contemporáneo, con títulos de incuestionable calidad artístia que, tras su paso por diversos festivales internacionales, han gozado de una difusión limitada y/o no han llegado a las pantallas de los cines sevillanos”. Es el caso de ‘Los Ilusos’ y de ‘Enxaneta’ (Alfonso Amador, 2012), ‘A la sombra de la cruz’ (Alessandro Pugno, 2012), ‘La fotógrafa’ (Fernando Baños, 2013), ‘La casa Emak Bakia’ (Oskar Alegría, 2012) y ‘Dime quién era Sanchicorrota’ (Jorge Tur Moltó, 2013).


Y si en esos ilusos de Jonás Trueba aparece parte de la trastienda fílmica, de alguna forma ese recurso sirve también para reconocer el trabajo de todos los profesionales que con su talento contribuyen a concebir el “todo” de una película. Ya sea en el apartado técnico o artístico, el engranaje de la producción cinematográfica es el arranque del ‘Viaje al cine español’, una exposición que recupera algunas escenas míticas de las cintas galardonadas como Mejor Película en los 27 años de los Premios Goya.

Recreación escenario 'Todo sobre mi madre' (Pedro Almodóvar, 1999)

Organizada por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, el Festival de Cine Europeo de Sevilla y el Instituto de la Cultura y las Artesde Sevilla (ICAS), la muestra propone un recorrido en el tiempo por la escenografía, el vestuario, el montaje, la cartelería o los personajes del cine español, desde el traje de flamenca que luce Penélope Cruz en ‘La niña de tus ojos’ hasta  féretro de cristal de nuestraBlancanieves’; del storyboard de ‘Ay, Carmela’ al lugar del crimen de los ‘Amantes’ de Vicente Aranda o el escenario de la snuff movie en torno a la que gira la ‘Tesis’ de Alejandro Amenábar.


Directores, técnicos, actores, actrices, dibujantes, guionistas, compositores…, pero, sobre todo, miradas, gestos, fotogramas que se mueven entre el terror, la comedia, el drama, el thriller o la fantasía de sus géneros. Imágenes de unos artistas, los del cinema, que han quedado grabadas para la eternidad. 

Arriba, de izquierda a derecha, Lola Dueñas, Mateo Gil, Victoria Abril, Agustín Díaz Yanes;
abajo, las actrices Candela Peña y Laia Marull, y la directora Icíar Bollaín.

Algunas, piezas originales…, otras, recreaciones que, en algunos casos, resultan demasiado artificiales, de ahí que en algunas secuencias el visitante pueda quedar insatisfecho. En cualquier caso, espacios, maquetas y bocetos en su mayoría curiosos que sirven para adentrarnos y entender aún mejor el alma de filmes cuyos títulos forman parte de la historia de nuestro cine...

Viaje a ninguna parte’ (Fernando Fernán-Gómez, 1986)
El bosque animado’ (José Luis Cuerda, 1987)
Mujeres al borde de un ataque de nervios’ (Pedro Almodóvar, 1988)
El sueño del mono loco’ (Fernando Trueba, 1989)
Ay, Carmela’ (Carlos Saura, 1990)
Amantes’ (Vicente Aranda, 1991)
Belle Époque’ (Fernando Trueba, 1992)
Todos a la cárcel’ (Luis García Berlanga, 1993)
Días contados’ (Imanol Uribe, 1994)
Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’ (Agustín Díaz Yanes, 1995)
Tesis’ (Alejandro Amenábar, 1996)
La buena estrella’ (Ricardo Franco, 1997)
La niña de tus ojos’ (Fernando Trueba, 1998)
Todo sobre mi madre’ (Pedro Almodóvar, 1999)
El bola’ (Achero Mañas, 2000)
Los otros’ (Alejandro Amenábar, 2001)
Los lunes al sol’ (Alejandro Amenábar, 2002)
Te doy mis ojos’ (Icía Bollaín, 2003)
Mar adentro’ (Alejandro Amenábar, 2004)
La vida secreta de las palabras’ (Isabel Coixet, 2005)
Volver’ (Pedro Almodóvar, 2006)
La soledad’ (Jaime Rosales, 2007)
Camino’ (Javier Fesser, 2008)
Celda 211’ (Daniel Monzón, 2009)
Pa negre’ (Agustí Villaronga, 2010)
No habrá paz para los malvados’ (Enrique Urbizu, 2011)
Blancanieves’ (Pablo Berger, 2012)


lunes, 9 de septiembre de 2013

El ilusionista del séptimo arte

Las películas tienen el poder de capturar los sueños”. Es difícil encontrar términos para expresar la experiencia mágica del cine, pero fue precisamente su precursor, Georges Méliès (1861-1938), quien pronunció estas palabras para interpretar unas sensaciones que nos resumen a la vez todo el proceso creativo del mago francés. Detenerse en su mundo, en su vida y trayectoria profesional, en su ingenio, es adentrarse en las páginas de un cuento donde realidad y fantasía se funden como resultado del trabajo de una mente asombrosa. El también dibujante, director de teatro, actor, decorador, técnico, productor, realizador y distribuidor de más de 500 películas, supuso una auténtica revolución cinematográfica al ir más allá de las imágenes proyectadas por el cinematógrafo de los hermanos Lumière. De su maestro, el mago Robert-Houdin, aprendió trucos y efectos que más tarde aplicaría al género fantástico, una habilidad que actualmente sigue dirigiendo la práctica de cineastas para llevar a las pantallas los más revolucionarios efectos especiales.

Una de las salas de la exposición en CaixaForum Madrid.

          Su aportación a la historia y evolución del séptimo arte, así como las raíces culturales, estéticas y técnicas que influyeron en su extensa obra, forman parte de Georges Méliès. La magia del cine, una muestra proyectada por la Obra Social “la Caixa” en colaboración con La Cinémathèque Française (en CaixaForum Madrid, hasta el 8 de diciembre de 2013). Más de 400 objetos entre dibujos, fotografías, inventos originales de la época, películas, vestuario y maquetas que introducen al espectador en el metraje de la imaginación del ilusionista. Entre sus salas, linternas mágicas, praxinoscopios o el cinematógrafo de los célebres hermanos franceses... 

Linternas de proyección de David William Noakes & Son (izquierda) y James Pettibon (derecha).

          ..., también la influencia de las sombras chinescas, la fantasmagoría (género negro precursor del terror que Méliès trucó para contagiarlo de alegres travesuras) y, especialmente, las mujeres, protagonistas recurrentes de sus películas, en las que aparecen descuartizadas, desmembradas e incineradas, o bien se convierten en mariposas, abejas, brujas o diablesas; son también sus cómplices, visiones mágicas, diosas, hadas, princesas y, a menudo, las que poseen la llave para acceder a un mundo onírico y fantástico. Fue el primero en llevar al cine al personaje de Juana de Arco (‘Jeanne d’Arc’, 1900).


Autorretrato de Méliès caracterizado de Mefistófeles (arriba a la derecha) y escenas de trucajes con mujeres. 

          Especial atención cobra la recreación de su estudio acristalado en Montreuil a través de fotografías y maquetas que elevan la belleza de este sorprendente refugio cinematográfico, cuna de gran parte de su obra.

Méliès pintando un decorado en el suelo de su estudio de Montreu

          Y, por supuesto, su más célebre producción, ‘Le voyage dans la Lune’ (1902), que recoge algunas de las imágenes más populares y sorprendentes de la historia del cine. De hecho, se hicieron tantas copias ilegales del filme, especialmente en Estados Unidos, que Méliès tuvo que abrir una sucursal en aquel país para proteger sus derechos


Escenas de la película 'Le voyage dans la Lune'.

           Resulta incomprensible que un cineasta tan importante acabara en el olvido y la ruina económica. Y, aún así, es incluso ‘de película’ cómo transcurrieron algunos de los últimos años de su biografía, trabajando en una pequeña tienda de juguetes de la estación parisina de Montparnasse, rodeado, una vez más, de ilusión y fantasía. Una vida fuente de inspiración de obras literarias, como la escrita por Brian Selznick, ‘La invención de Hugo Cabret’ (2007), la historia de un niño que vive en los años 30 en una estación de ferrocaril de París y comparte aventuras con una chica y un juguetero, un relato acompañado de deliciosos dibujos que homenajean algunas de las imágenes creadas por el mago francés. Un libro que, años más tarde, iluminaría la cinta de Martin Scorsese, ‘Hugo’ (2011).

Fotografía de Georges Méliès.

Georges Méliès. La magia del cine es una sucesión de artilugios, dibujos, proyecciones…, que recuperan la esencia de un maestro, los trucos de un genio, la trastienda de la magia del séptimo arte, el increíble universo del creador y autor de un mundo, el de la fantasía..., un espíritu grabado en nuestras retinas para siempre... 

Mítica imagen de la historia del cine del impacto de un cohete en el ojo de la Luna 
('Le voyage dans la Lune', Georges Méliès).


UNA VIDA DE CINE
Georges Méliès nació el 8 de diciembre de 1861 en París. A los 23 años, durante una estancia en Londres, quedó fascinado por la prestidigitación, y en 1888, al retirarse su padre del negocio familiar de calzado de lujo, recibió una considerable fortuna con la que pudo adquirir el teatro del mago Robert-Houdin. En aquel pequeño teatro creó sainetes mágicos con complejos trucajes que, posteriormente, le sirvieron para el cine.
A finales de 1895 descubrió el cinematógrafo de los hermanos Lumière, que le cautivó. Cuando ellos se negaron a venderle su aparato, Méliès recurrió a un óptico londinense, Robert William Paul, que había inventado una cámara. A su regreso a París rodó sus primeras cintas, y en mayo de 1896 empezó a realizar sus primeras 15 películas trucadas, como ‘Le manoir du diable’ (La mansión del diablo) y ‘Escamotage d’une dame chez Robert-Houdin’ (Desaparición de una dama en el Robert-Houdin).
El público, fascinado, quería más. Para dar respuesta a aquel gran éxito, Méliès hizo construir en la propiedad familiar de Montreuil-sous-Bois, sin reparar en gastos, un estudio de cine completamente acristalado. En 1902, con ‘Le voyage dans la Lune’ (Viaje a la Luna), se convirtió en uno de los más solicitados. Pero la duplicación ilegal de este filme alcanzó tales proporciones en Estados Unidos que Méliès tuvo que enviar a Nueva York a su hermano Gaston para abrir una sucursal en representación de la marca Méliès Star Film.
El año 1908 fue el de su máximo esplendor: en el estudio de Montreuil se filmaron más de 50 películas. Pero también supuso el inicio del declive de Méliès, que se vio superado por la producción masiva de Pathé y Gaumont y por la llegada de cineastas extraordinariamente dotados, como por ejemplo Ferdinand Zecca, Louis Feuillade, el español Segundo de Chomón y David W. Griffith en Estados Unidos.
          Pathé produjo en 1911 y 1912 las últimas cintas de Méliès, que fueron un absoluto fracaso pese a la magnífica ‘À la conquête du Pôle’ (A la conquista del Polo). En 1917, intentó la reconversión al teatro sin éxito, y en 1922 tuvo que vender la propiedad de Montreuil. En 1925, la sala Robert-Houdin fue derribada. Desesperado y totalmente olvidado por el público y la profesión, Méliès destruyó todos los negativos de sus películas.
Tras casarse en segundas nupcias con una de sus primeras actrices, Jehanne d’Alcy, encontró trabajo como vendedor de juguetes en el vestíbulo de la estación de Montparnasse, en París, donde un periodista le reconoció por casualidad en 1926. Aquel encuentro casual supuso su redescubrimiento, que se produjo especialmente a raíz de la Gala Méliès, celebrada en 1929 en la sala Pleyel, donde pudieron proyectarse ocho de sus películas, milagrosamente recuperadas. Murió el 21 de enero de 1938”, CaixaForum Madrid.




_CRÉDITOS

Imágenes y vídeo: CaixaForum Madrid.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Martirio, de corazón

Yo vengo a ofreceros mi corazón’. Con este canto se subía Martirio en el escenario de Nocturama, toda una declaración de intenciones para la que ha sido, sin duda, una de las veladas más calurosas del ciclo sevillano. Y no es que fuese cálida por las temperaturas propias del verano de la capital andaluza, sino por la entrega de la artista y la acogida de un público que supo percibir y agradecer el talento de Maribel Quiñones, un protagonismo compartido con los acordes de la guitarra de Raúl Rodríguez, hijo de la cantante que, sin duda, ha heredado un talento que le permite afinar con fuerza y maestría cada nota.


          Enfundada en sus inseparables gafas de sol y peineta, ‘Madurito interesante’ o ‘Separada sin paga’ fueron el aperitivo para el recital de homenajes que la interpreté regaló a continuación. Con ‘Un mundo raro’ evocó a la gran Chavela Vargas, a la que dedicará su próximo trabajo discográfico, para más tarde recuperar la nostalgia de ‘María la portuguesa’ de Carlos Cano, la figura de Marifé de Triana con ‘Torre de arena’ y la célebre declaración de Miguel de Molina, ‘Te lo juro yo’, sin olvidar la influencia en su carrera y vida del cancionero latinoamericano, presente en su admiración por la venezolana Soledad Bravo. Canciones que se sucedieron entre aplausos que se repetían cautivados por la esencia de la artista. Y entre tangos, fandangos, copla española y boleros, aparecieron ‘Volver’, ‘La bien pagá’, ‘Compuesta y sin novio’, ‘Quisiera amarte menos’ y ‘Ojos verdes’, dejando esta última canción su rostro al desnudo en el escenario sevillano, no sin antes dedicar un tema del respetable Compay Segundo, ‘Es mejor vivir así’, al barrio sevillano del Pumarejo.


          Profundo y sincero fue la entrada de su despedida con Las simples cosas, alzando las ‘Sevillanas de los bloques’ para el cierre de una noche iluminada por la voz y el sonido de un tándem perfecto. 



          Para muchos pudo resultar extraño su nombre en el cartel de un festival con corrientes de pop, rock y folk independientes. Pero lo cierto es que Nocturama es ya mucho más que música y su celebración se ha consolidado como una cita exclusiva con este arte, tanto para público como para artistas. Y en ese entorno mágico hay que aplaudir la apuesta de LaSuite por incluir este año el encuentro con una de las artistas con más temperamento de nuestro país, galardonada y reconocida nacional e internacionalmente, aportando así vida, emociones y risas…, en definitiva, complicidad. Ella hace suyas incluso las canciones que no lo son, confiriéndoles su personalidad, original, arrolladora y atemporal. El artista no es sólo una voz, es una actitud ante la música, la interpretación de los sentimientos, la visión de la vida…, y su capacidad para transmitirlo a quienes se acercan para terminar elogiando su naturaleza. Así es Maribel Quiñones, Martirio, pura fusión cultural, una artista con alma, de corazón.


miércoles, 24 de julio de 2013

El grito lesbiano de Nocturama

Aunque ya han pasado alguna vez por este rincón inquieto de la Cultura, nunca lo han hecho de una forma tan íntima. Y es que la música, en las distancias cortas, multiplica su esencia y nos regala voces y sonidos que habitualmente, entre el éxtasis y la euforia de la multitud, escapan a la percepción de nuestros sentidos. Y no es que en la embriaguez festivalera no se disfrute, que mucho, pero se hace de forma diferente.
          Si hace un año era Iván Ferreiro el que regalaba una noche única en el Ciclo Nocturama de Sevilla, en esta ocasión han sido Santi Balmes y Julián Saldarriaga los protagonistas de una cita musical formidable en los jardines del Monasterio de la Cartuja.


          De la mano del sello Green Ufos, encargado de añadir al cartel estival esta presencia de última hora, los embajadores de Love OfLesbian entregaron al público un acústico que no sólo recorrió algunas de los temas más aclamados de su discografía, sino que también rescató joyas que son difíciles de encontrar en sus conciertos de banda. De otra forma, no sería posible arrancar con ‘Un día en el parque’ para seguir con ‘Segundo asalto’ y la prodigiosa ‘Me llaman Octubre’. Y, a partir de entonces, títulos como ‘Wio, antenas y pijamas’, ‘Si salimos de ésta’, ‘Nada’, ‘Oniria e Insomnia’, ‘Clínicamente muertos’, ‘Belice’ o ‘Los días no vividos’, de su último trabajo publicado, ‘La noche eterna, los días no vividos’; o ‘Las malas lenguas’, ‘Club de fans de John Boy’, el himno ‘Allí donde solíamos gritar’, ‘Te hiero mucho (historia del amanteguisante)’, del albúm ‘1999’; y ‘Noches reversibles’, ‘Domingo astromántico’, ‘La niña imantada’, ‘Historia de una H que no quería ser muda’, ‘Houston, tenemos un poema’ y ‘Me amo’, la perfecta fusión de ‘Maniobras de escapismo’ y ‘Cuentos chinos para niños del japón’. Mención aparte merecen ‘La niña imantada’, ‘Música de ascensores’, ‘Dios por Dios es cuatro’ y los silbidos de ‘Incendios de nieve’ y el entusiasmo de ‘Toros en la Wii (Fantástico)’, canciones estas dos últimas que cerraron un recital de prácticamente dos horas de duración….., bravo!!


          Un excelente repertorio muestra del ingenio, el desenfado y la calidad del grupo catalán, que se ha trabajado desde su creación en 1998 el reconocimiento del que goza en la actualidad en el panorama pop nacional..., e internacional. Indie o independiente..., si hay que catalogarlo la mejor definición es la de "música" y, especificando aún más, la de 'música lesbiana', particular y peculiar, en honor a la corriente de fieles seguidores y a la filosofía que han logrado crear, porque el trabajo de Love Of Lesbian cautiva, envuelve e incluso enloquece al respetable, ya sea veterano o principiante. Y como reza el dicho, "no son todas las que están, pero están todas las que son" y, en acústico, cómo no saborear algunas de sus citas lesbianas más gloriosas:

Yo mataré monstruos por ti”, Un día en el parque
A quien te ayuda lo rechazas sin pensar”, Segundo asalto
A veces pienso que es un don olvidar”, Me llaman Octubre..., "no pretendas saber más de mí"
"Pienso quedarme hasta el fin, hasta que digas no da para más", Las malas lenguas
Oniria encuentra a Insomnia, los dos conectan bien”, Oniria e Insomnia
Europa necesita hombre con más valor y no niñatos con flequillo en bandas de pop”, Dios por Dios es cuatro
Soy grito y soy cristal, justo el punto medio, el que tanto odiabas cuando tú me provocabas aullar”, Allí donde solíamos gritar
A quien madruga, Dios no existe”, Belice
Hoy voy a decirlo…, ¡cómo me amo!”, Me amo
Si lo he empeorado aún más que bajen tus labios y me callen”, Incendios de nieve
"Por ti sería una mezcla de beata y ramera, dignísima gente rastrera", Los toros en la Wii

"FANTÁSTICO..."


jueves, 28 de febrero de 2013

Radiografía de la realidad


Adentrarse en las imágenes de Rafael Sanz Lobato es descubrir a través de su objetivo un mundo de miradas, de vivencias y costumbres religiosas y civiles que han formado parte de la historia de nuestro país y que, aún hoy en día, siguen vigentes en muchas de sus manifestaciones. Premio Nacional de Fotografía 2011, el Espacio Santa Clara del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla ha sido el escenario de una retrospectiva que repasa la obra del fotógrafo sevillano a través de algunas de sus instantáneas más reconocidas.
                Perteneciente a una generación de artistas visuales de posguerra, la mirada de Sanz Lobato se deja seducir, entre finales de los años 60 y principios de los 70, por la exaltación y el respeto hacia ritos populares y místicos para inmortalizar las tradiciones con los gestos de sus protagonistas, la ubicación de sus cómplices y los movimientos de sus actores. Pero también nos acerca a una época que rememora a través de los rostros, las expresiones y los oficios de sus ciudadanos.


                Rafael Sanz Lobato se mueve entre el arte visual y la fotografía documental para exponer todo un trabajo antropológico que transmite la esencia del ser humano mediante su historia y cultura. En la muestra, series como ‘Auto Sacramental Camuñas’, ‘La Caballada de Atienza’, ‘Rapa das bestas’ o ‘Bercianos de Aliste’ dan paso a naturalezas muertas, ‘Bodegones’ y ‘Otras historias’, todas ellas con el particular e inigualable enfoque del creador sevillano.


Desde que comprara su primera cámara en 1956, Sanz Lobato ha sabido recoger en sus negativos el temperamento de la realidad que le ha rodeado. Y la máxima expresión de cómo ha sabido captar el alma de toda imagen que se pone ante su objetivo la encontramos en sus ‘Retratos’, un auténtico ejercicio cargado de fuerza y belleza donde la habilidad del fotógrafo se deja llevar por esa pasión que le lleva a perfilar figuras con un sello tan personal como el que desprende cada una de las miradas que revelan su extraordinario trabajo.


                Y precisamente de esa realidad documental escapa la exposición Nunca Jamás, una serie de historias de niños para adultos por la que ha apostado la Fundación Valentín de Madariaga. En palabras del comisario de la muestra, Sema D’Acosta, “la imaginación es un territorio común que comparten los artistas y los niños, un universo personal descontaminado de prácticas prefijadas que al estar despojado de tabúes o prejuicios permite inventar desde el estatuto de lo auténtico”. Y este concepto ha sido el hilo conductor para imaginar una colección de piezas que bien podrían responder al universo imaginario de cada uno de sus autores: Kara Walker, Marcel Dzama, Liliana Porter, David Levinthal, Yoshitomo Nara, Vik Muniz, Walter Martin & Paloma Muñoz, Antonio Ballester Moreno, Fernando Renes, AAron Lloyd, Juan Zamora, Jorge Perianes, Guillermo Martín Bermejo, Javier Calleja, Julio Falagán, Chema Lumbreras y Quim Tarrida. Cada uno se adentra en el cosmos infantil a su manera, a través de cuentos, juguetes, figuras, dibujos, vídeos…, pero todos ellos apostando por la profunda sencillez de su expresión para manifestar tanto la realidad social como la inquietud de la mente adulta.



                A lo largo de este recorrido por la fantasía y el ensueño, no queda rincón alguno que escape a la interpretación de los artistas. Sus obras se esparcen por el suelo y escalan las paredes para inundar cada sala de la galería con un sinfín de imágenes y colores que dibujan de magia, la diversión y el misterio de este lienzo llamado ‘Nuca jamás’. Individuos que se hacen diminutos y se encierran en una burbuja de cristal, personajes y juegos que viajan a la niñez, collages y pinturas que parecen cobrar vida…, todo un ejercicio de libertad creativa y de interpretación para el espectador. Como colofón, una joya para los amantes del cine de Tim Burton: el cortometraje ‘Vincent’ (1982), un homenaje al actor Vincent Price y al escritor Edgar Allan Poe donde el director estadounidense ya plasmó su singular y maravilloso universo mezcla de realidad e imaginación, punto final y de partida de la exposición que hoy lo exhibe. 

martes, 8 de enero de 2013

Un año de arte


El 2013 arranca con expectación en lo referente a la programación de los principales museos, galerías y centros de arte de nuestro país. Desde Yo, Picasso, exposición monográfica dedicada a los autorretratos del pintor malagueño que prepara el Museo Picasso de Barcelona, hasta Impresionismo y aire libre: de Corot a Van Gogh, muestra que albergará el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. Precisamente este último espacio y CaixaForum Barcelona preparan la que será la primera exposición monográfica realizada en España sobre el pintor impresionista Camille Pissarro (1830-1903). La Obra Social ‘la Caixa’ ofrecerá también una interesante e innovadora visión de las primeras fotografías de mediados del siglo XIX bajo el título ‘Seducidos porel arte. Pasado y presente de la fotografía’, además de un recorrido por la obra e historia de quien es considerado el gran mago del cine, Georges Méliès (1861-1938).  
                Por su parte, La Fresh Gallery arranca el curso con la exposición ‘Dolls’, de Iglesias Más, un ejercicio de sencillez y naturalidad fotográfica que, sin embargo, esconde todo un universo interpretativo en torno a la mirada del artista. A esta muestra le seguirá en la galería madrileña ‘Germania’, de Alberto de las Heras, una serie de interesantes dibujos que graban las consecuencias de la locura nazi, la monumentalidad y el delirio arquitectónico proyectado por Albert Speer como representación del poder, y, por último, las principales víctimas de la furia nazi: los judíos, sus rostros y sus objetos; en definitiva, sus vidas.

Cartel de la exposición 'Dolls', de Iglesias Más

               Al Círculo de Bellas Artes de Madrid llegará ProyectoFake’, de Elmyr de Hory (1906-1976), reconocido como uno de los grandes falsificadores de obras de arte de la historia, y en la Galería Rafael Ortiz de Sevilla aterrizará ‘In the mood for landscape’, de Nico Munuera, una exquisita y original pincelada sobre la morfología del paisaje.

Acrílico sobre tela de Nico Munuera


           Aunque, sin duda, una de las muestras más esperadas será la organizada conjuntamente por el Museo Reina Sofía de Madrid y el Centro Georges Pompidou de París dedicada a Salvador Dalí (1904-1989). Un auténtico viaje por el surrealismo personal del artista, su mirada onírica, su valor como pensador, creador y escritor español, haciendo especial hincapié en el método paranoico-crítico desarrollado por el artista como mecanismo de transformación y subversión de la realidad.

UN CURSO EJEMPLAR
Los centros de arte españoles ofrecieron en 2012 toda una programación marcada por muestras admirables, extraordinarias y, en algunos casos, inolvidables. Todas ellas han logrado un gran éxito y una excelente acogida, tanto por parte del público como de la crítica. Por la Galería Rafael Ortiz pasaron los 'Contraespejo-s' de Luis Gordillo. La sala sevillana abrió una ventana hacia un mundo lleno de laberintos y células cibernéticas creado por un artista galardonado, entre otros muchos, con el Premio Velázquez, el Nacional de Artes Plásticas y el Nacional de Arte Gráfico. Formas ambiguas e ilógicas que atraparon al espectador gracias a la brillante construcción de formas y colores de un nombre imprescindible en el arte moderno español.

Exposición 'Contraespejo-s', en la Galería Rafael Ortiz

Obra del artista gráfico Luis Gordillo

Composición del sevillano Luis Gordillo

               Otra de las citas más cautivadoras fue la protagonizada por 'Gauguin y el viaje a lo exótico' en el Museo Thyssen-Bornemisza, un camino que comenzaba con las experimentaciones artísticas del pintor en los Mares del Sur y continuaba con las exploraciones de artistas posteriores como Emil Nolde, Henri Matisse, Wassily Kandinsky, Paul Klee o August Macke, dando así a conocer la impronta de Paul Gauguin (1848-1903) en los movimientos artísticos de las primeras décadas del siglo XX. Paisajes, desnudos y un acentuado y experimentado colorido guían este deseo irrefrenable del postimpresionista por reencontrarse consigo mismo fuera de los convencionalismos occidentales. 

Paul Gauguin, Dos mujeres tahitianas, 1899

Paul Gauguin, Parau api (¿Qué hay de nuevo?), 1892

Paul Gauguin, Haere mai (¡Venid!), 1891

Paul Gauguin, Mata mua (Érase una vez), 1892

                Junto al exótico trabajo de Gauguin, obras que invitaban al viaje, a veces salvaje a veces onírico, a adentrarnos en la relación de los autores con la etnografía, plasmando no sólo la huella del pintor francés sino también el impulso renovador a la vanguardia. Auténticas experiencias que, en ocasiones, hipnotizaban por encima del viaje inicial.

Henri Rousseau, Paisaje tropical con un gorila atacando a un indio, 1910

August Macke, Hombre con asno (Túnez), 1914

Franz Marc, El sueño, 1912

Henri Matisse, Flores y cerámicas, 1913

          Pero, indiscutiblemente, la más aclamada y asombrosa fue la muestra que el Museo Thyssen-Bornemisza realizó con una amplia obra del estadounidense Edward Hopper (1882-1968). 'Americanismo y realismo son, desde sus comienzos, atributos clave de su pintura. Sus cuadros son un fiel retrato del país. Revelan su cara más moderna, pero sin idealizarla, mostrando la realidad de manera simplificada. Aunque existen algunos paisajes y escenas al aire libre, la mayoría de sus obras se desarrollan en lugares públicos, como bares, hoteles, estaciones, trenes..., entornos prácticamente vacíos y con fuertes contraste entre luces y sombras que acentúan la soledad y el dramatismo del hombre moderno'. Pinturas, dibujos, grabados y acuarelas donde el pintor sitúa a personas en soledad, en pareja o en grupo, pero siempre aisladas las unas de las otras, potenciando así la narración implícita en sus composiciones en el imaginario del espectador.
               Junto al ser humano y la vida moderna, otro de los temas recurrentes de Hopper es la arquitectura y el cine, plasmando en sus composiciones su afición por el cine, así como la huella del propio artista en posteriores películas de reconocidos cineastas. Es el caso, por ejemplo, de su obra 'Casa junto a la vía del tren' (1925), perfectamente reconocible en la mansión que más tarde Alfred Hitchcock inmortalizaría en 'Psicosis' (1960). 
             Una obra, en definitiva, con una gran carga formal y poética, aparentemente sencilla pero con un magnífico discurso, intensamente realista y expresivo. Así fue Hopper

Edwar Hopper, Dos en el patio de butacas, 1927

Edward HopperHabitación en Nueva York, 1932


Edward Hopper, Casa junto a la vía del tren, 1925

Edward Hopper, Carretera de cuatro carriles, 1956


Edward HopperEl 'Martha Mckeen' de Wellfleet, 1944


Edward Hopper, Habitación de hotel, 1931


Edward Hopper, Sol de mañana, 1952


_CRÉDITOS
Cartel exposición 'Dolls', de Iglesias Más: La Fresh Gallery.
Fotografías muestra Luis Gordillo y Nico Munuera: Galería Rafael Ortiz.
Imágenes  'Gauguin y el viaje a lo exótico' y 'Hopper': Museo Thyssen-Bornemisza.