lunes, 19 de diciembre de 2011

Otra realidad

Hay ciudades que sin ser grandilocuentes poseen una gran personalidad, un espíritu único capaz de envolver a sus visitantes en una extraordinaria y acogedora atmósfera. Es el caso de Lisboa, una capital que, aunque no consigue deleitar a todo el mundo, a otros muchos nos ha enamorado desde la primera visita, gracias a una dulce y particular decadencia que te va atrapando desde que empiezas a cruzar el Puente 25 de Abril para comenzar a adentrarte en sus calles, sus continuas cuestas, el timbre de sus tranvías..., rutas que te hacen sentir el asombro de un lugar maravilloso. Rica en historia, arquitectura y gastronomía, sus barrios te invitan a perderte por un laberinto de fachadas de azulejos y sus gentes te tienden la mano para acogerte en su hogar. Y entre tanta riqueza destaca su cultura, no sólo por sus museos, sus palacios, su agenda o sus tradiciones, sino porque su esencia fluye como fuente de inspiración para caminantes y artistas. Al pasear por sus estrechas aceras te dejas llevar por el sonido de los fados que escapan de sus restaurantes, de sus tiendas, de sus casas. Entre ellos, la magnífica voz de Dulce Pontes, recodando temas tan exquisitos como “Fado Mae” o el universal “Cançao do Mar”. La música, sin duda, es otro de los tesoros de esta incomparable ciudad.
            Descubrí Lisboa gracias al cine. Ramón Salazar dirigió en 2002 ‘Piedras’, una película arriesgada y humana, con un espléndido reparto: Antonia San Juan, Najwa Nimri, Vicky Peña, Mónica Cervera, Ángela Molina y Lola Dueñas, y una cuidada BSO que incluye temas como “Noah’s dove”, interpretado por Natalie Merchant como vocalista de la banda 10000 Maniacs. Cuando leí en la portada aquello de que “toda persona se enfrenta a un camino…, no siempre hecho a la medida de sus zapatos”, empecé a discurrir por las complicadas historias de seis mujeres que desafían a la vida en su búsqueda por alcanzar un sueño a veces difícil de conseguir, en su lucha por lograr que las cosas vayan bien dentro de la realidad de cada ser, por poder tener lugar a segundas oportunidades.


            La cinta del joven director malagueño me regaló un monólogo final, como pocos he visto en cine, en la voz de Leire, personaje interpretado por Najwa Nimri. Y me emocionó no sólo por su mensaje, porque es un canto a la esperanza, a la serenidad y a la sencillez de la felicidad, sino por su escenario, porque acaba con un plano de la actriz sentada al atardecer en el Mirador de Santa Luzia mientras empieza a realizar uno de los sueños de su vida. Este lugar, el mimo que aparece en la imagen de mi perfil, es el primero que visité cuando llegué por primera vez a Lisboa. Quería saber si era cierto aquello de que hay ciudades que te enseñan a “ir despacito, con dos dedos.., torpe, pero acertando en las letras que quiero dar”. Y allí, admirando el envejecido mosaico de azulejos, se fusionaron en mi mente el cine y una de las ciudades más fascinantes que he conocido hasta el momento. “Qué bien, Lisboa”.


          Sobre la ilusión y los sueños trata también "Estrella Sublime", una obra de teatro creada por la Compañía Bastarda Española y estrenada en febrero de 2001 bajo la dirección de Antonio Campos. Desde entonces sus representaciones no han cesado, año tras año, consiguiendo siempre un gran éxito de público y crítica. La he visto por segunda vez, en esta ocasión en la Sala Fli de Sevilla, donde permanece hasta el 22 de diciembre. De nuevo, sus personajes, Lola y Macu,  me han vuelto a arrancar carcajadas con una historia que repasa los típicos tópicos andaluces y, en concreto, sevillanos, con un toque de humor sano que ofrece una visión diferente, divertida y original de la religión y las costumbres populares. Con algún momento musical, incluso, que podría interpretarse en directo para que el contacto con el público fuese absoluto, pero es un ajuste que queda en un detalle mínimo.


Magnífica Charo Urbano en su papel de una camarera marcada por el desamor y el fracaso profesional; soberbia Lola Marmolejo en su recreación de la figura de la Virgen, que acude al llamamiento de la propietaria del bar cansada de una vida frustrada. Dos mujeres que encuentran en el escenario una amistad que les hará ver un camino de esperanza al final de la noche. 
Y la misma fuerza de la que estas dos actrices hacen gala en el teatro, Mansilla y LosEspías la demostraron en el 25 aniversario de la Sala FunClub de Sevilla. Fernando Mansilla (voz y letras), Luis Navarro (saxo, violín, coros) y Javi Mora (contrabajo, bajo eléctrico, guitarra) presentaron su último trabajo, "Literatura de baile", todo un recital poético de temas cargadas de mensajes ácidos, actuales y directos, con mezcla de spoken word y arreglos de jazz, rap, pop o funky. 


La penetrante voz de Fernando Mansilla puede resultar repetitiva tras varios temas, pero, sin duda, la base instrumental y sus letras cotidianas, reivindicativas, sarcásticas y, a veces, divertidas, crean un conjunto musical tan desconocido para el gran público como avalado por el culto musical. En su voz queda eso de que 'Europa es un mal negocio'..., sobre la soledad, el gimnasio, los aparcamientos y las pequeñas tiendas de ultramarinos, 'larga vida a las salas de conciertos'.

1 comentario:

  1. acabo de volver a ver piedras, yo no espero que la vida se amolde a mis zapatos, sino tener más de uno para adaptarme a ella. me ha vuelto a encantar...te veo pronto muñeco. beso!!!!

    ResponderEliminar